Estimado Francisco Javier, Marisa simplemente estaba cumpliendo con su trabajo, como verán el resto de lectores. Usted no describe el incidente con Marisa, sino que se dedica a desacreditarla. Bien, lo describiremos nosotros, por cierto, en los dos comentarios que ha puesto. Usted y su familia llegaron con una maleta muy voluminosa con ruedas, tapada con un pañuelo. Marisa, cumpliendo con su trabajo, les indicó que no se podía acceder con ella al interior, por lo voluminosa que era, además de que por lo irregular del suelo de nuestra Catedral, haría ruido que molestaría al resto de visitantes. Amablemente, se ofreció a guardarla en taquilla para que pudiesen disfrutar de la visita tranquilamente. Ya con esto se pusieron a alzar la voz, y a decir que ustedes pasaban con la maleta, me gustaría saber si por ejemplo, en el Prado hubiesen hecho esto también.... En fin, por no discutir con ustedes y evitar un mal rato, les dejó pasar con la maleta, nada más empezar a andar con ella se percató que dentro de la maleta iba un perrito, por ello volvio a insitir, y a decirles que estaba prohibido pasar con perros que no sean de asistencia... y ahí ya se pusieron ustedes como se pusieron,.... Marisa simplemente hizo su trabajo, imagino que ustedes en el suyo también cumplen con su deber. Simplemente con que hubiesen dejado el transportin con ruedas, que no la maleta, al cuidado del personal habrían disfrutado de la visita, aunque lo más responsable por su parte respecto a su perro, es no llevarlo en un trasnportin de este tipo, ya que cada vez hay mas estudios del stress que produce a los animales este tipo de transportines. Tampoco describe usted, que al irse recibieron la devolución del importe de sus entradas, a lo cual, Marisa no estaba obligada.

Estimado Francisco Javier, Marisa simplemente estaba cumpliendo con su trabajo, como verán el resto de lectores. Usted no describe el incidente con Marisa, sino que se dedica a desacreditarla. Bien, lo describiremos nosotros, por cierto, en los dos comentarios que ha puesto. Usted y su familia llegaron con una maleta muy voluminosa con ruedas, tapada con un pañuelo. Marisa, cumpliendo con su trabajo, les indicó que no se podía acceder con ella al interior, por lo voluminosa que era, además de que por lo irregular del suelo de nuestra Catedral, haría ruido que molestaría al resto de visitantes. Amablemente, se ofreció a guardarla en taquilla para que pudiesen disfrutar de la visita tranquilamente. Ya con esto se pusieron a alzar la voz, y a decir que ustedes pasaban con la maleta, me gustaría saber si por ejemplo, en el Prado hubiesen hecho esto también.... En fin, por no discutir con ustedes y evitar un mal rato, les dejó pasar con la maleta, nada más empezar a andar con ella se percató que dentro de la maleta iba un perrito, por ello volvio a insitir, y a decirles que estaba prohibido pasar con perros que no sean de asistencia... y ahí ya se pusieron ustedes como se pusieron,.... Marisa simplemente hizo su trabajo, imagino que ustedes en el suyo también cumplen con su deber. Simplemente con que hubiesen dejado el transportin con ruedas, que no la maleta, al cuidado del personal habrían disfrutado de la visita, aunque lo más responsable por su parte respecto a su perro, es no llevarlo en un trasnportin de este tipo, ya que cada vez hay mas estudios del stress que produce a los animales este tipo de transportines. Tampoco describe usted, que al irse recibieron la devolución del importe de sus entradas, a lo cual, Marisa no estaba obligada.